Working Holidays: Trabajar en Vacaciones

Primer experiencia en Working Holidays ( http://www.workaway.info)

Uno de los objetivos en nuestro viaje es conocer diferentes tipos de economía colaborativa mientras viajamos. Que nos permita no sólo nivelar económicamente la aventura sino enriquecerla con la gente, con los locales y así poder conocer realmente el o los lugares durante el camino.

Hace un par de meses hospedamos en casa a Cristina y Fernando, quienes habían comenzado su vuelta al mundo con el claro objetivo de utilizar la “shared economy” y en una de nuestras largas charlas y escuchando su experiencia nos queda la certeza de que es posible y muy recomendable. Su blog es más que interesante, los invitamos a verlo en www.artedepartir.com.es

Esta nueva tendencia en el mundo del turismo y los viajes, casi imparable, de compartir coches (www.uber.com, www.blablacar.com), o alojamiento (couchsurfing.com, homeexchange.com, airbnb.com) o trabajo a cambio de hospedaje (www.housesitting.com, www.workaway.info), y muchos ejemplos más que tienen como objetivo el intercambio entre las personas, es decir el viejo y conocido “trueque” que con la ayuda de internet no tiene fronteras. El tema merece una entrada aparte* pendiente y prometida

Nos pareció maravillosa la idea de poder trabajar a cambio de hospedaje, por lo que nos registramos en la página de http://www.workaway.info y comenzamos la búsqueda de trabajo…

Con la suerte siempre de nuestro lado encontramos un lugar, una Guesthouse (B&B) y establo en Plettenberg, el corazón de la Ruta Jardín. Enviamos la solicitud, siempre explicando nuestro motivo de viaje y nuestro estado “padres de un pequeño de 2 años y pico”. Y fuimos aceptados! Eso si, nos piden que nos quedemos como mínimo 8 días con ellos, algo razonable si nos tienen que mostrar cómo se trabaja, y así ser útiles.

Apenas llegamos nos recibe Michiel ( “Majil” en Afrikans), el dueño del recinto. Un afectuoso abrazo en la bienvenida nos sorprende. Al cabo de un rato llega Bettina, su esposa que repite un caluroso y casi maternal abrazo y palabras de bienvenida… Minutos mas tarde estábamos confirmando que la amabilidad, cordialidad y simpatía es una característica típica en Sudáfrica. Siempre con una sonrisa, siempre con un buenas tardes, o buenos días… siempre dispuestos a ayudar, a responder preguntas… Siempre haciéndonos sentir amigos, sin ni siquiera conocernos.

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Mandla y Mashmallow

Juntos nos muestran nuestra habitación, una de las habitaciones de su casa, con baño privado y el resto de lo que sería nuestro “hogar” los próximos días. Luego nos muestran la Guesthouse, donde los detalles hípicos sobresalen por doquier, y resalta el hermoso jardín con pileta, en forma de herradura y un “quincho” o lugar de estar todo de madera con unas vistas hacia los acantilados bañados por el mar de ensueño. Luego nos presentan a los 7 caballos blancos que caminan y pastan por el lugar. Mandla, un percheron hermoso, es el más grande. Y Mashmallow, un pony super chistoso, el más pequeño. Los huéspedes pueden tocarlos, alimentarlos, montarlos como si fuesen mascotas y ellos encantados, incluso buscan el cariño de los que allí pasan.

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Pedrito siempre ayudando

Nuestro “trabajo” estos 8 días consistiría en ayudar durante el servicio de desayuno (Rocío), ayudar con los caballos y en el taller de Michiel a construir o arreglar cosas (Lucio). En la web piden un mínimo de 5 horas de trabajo, pero una vez estando en el lugar y viviendo allí, no nos costó nada ayudar en varias cosas más. Por ejemplo Rocío se hizo cargo de los almuerzos diarios y Lucio se hizo cargo se los asados nocturnos para dueños y huéspedes, bien al estilo argentino!! Y alguna paella española en olla negra y al fuego… también tocó.

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El asador ligó varios aplausos

Pedrito y su "mascota" por 15 días

Pedrito y su «mascota» por 15 días

Para describir lo que ha sido esta experiencia y hemos sentido tendríamos que escribir 8 páginas!! Les podemos dar una idea diciendo que los 8 días que nos íbamos a quedar se transformaron en 15. El lugar es mágico, los anfitriones tienen una calidez excepcional. Nos hicieron sentir como en casa y como en familia. Pedro no tardó mucho en ser la estrella y el mas mimado del lugar. Se ganó un “I love you” a los pocos días, además de regalitos y risas que respondían sus payasadas que él siempre respondió con abrazos y besos, sumando con su vocecita los primeros “I love you”! Es inevitable no emocionarnos mientras escribimos esto y recordar como se lo pasó de bien entre caballos perros, corriendo, jugando!

wpid-img_20150926_154828.jpgAdemás del trabajo en la Guesthouse, los momentos de ocio y diversión, también pudimos participar de algunas actividades que se organizan para los niños huérfanos, o niños de los barrios más precarios. Una tarde trajeron a algunos niños y nuestra tarea fue acompañarlos a montar los caballos, y luego organizamos un picnic con juegos. Fue poco tiempo… muy poco como para llegar a conocer y comprender sus realidades. Eran demasiadas las preguntas de nuestra parte. Ellos, sin embargo, no tenían ninguna pregunta para nosotros.

 

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Desayunando en familia una vez terminados los desayunos de los huéspedes

Compartimos voluntariado con Marc. Un joven con un corazón enorme y una clara intención de ayudar a los demás desde su férrea creencia en Jesús y sus buenas acciones. Marc es alemán, muy religioso y comprometido con la comunidad de alemanes en el lugar, algunos voluntarios y otros no, que tienen la tarea de cristianizar, organizar grupos de trabajo con los adolescentes de los barrios y grupos de juego para los más pequeños en las Townships (asentamientos informales como se les llama ahora a la precariedad de las villas o grupos de chavolas).

Quisimos sumarnos y participamos de una de las tardes de sábado en el Kids Club con Stefan y otros varios voluntarios de la iglesia alemana.

wpid-img_20150928_155156.jpgEl lugar, un salón de chapa que funciona cada día como Kindergarden, gestionado por “Mumi” una africana voluminosa de bondad que cuida y cocina cada día algo para los niños/as al regresar de la escuela. En este caso había un grupo de casi 120 pequeños/as dispuestos a disfrutar de una hora de juegos, y teatros relacionados con la enseñanzas de algún pasaje bíblico y de la palabra de Jesús .

Al finalizar la hora de “juegos” se van con una bolsita
de dulces y un sándwich de jamón a sus casas, incluido Pedro que mezclado con los demás niños medio participó durante el evento. No sabemos si entendió algo pero su cara de asombro y sorpresa lo decían todo… Nosotros, quedamos con la cabeza wpid-wp-1445784194679.jpgrevolucionada y llenas de pensamientos y otras hierbas que ahora no vienen al caso.

 

 

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Mashmallow era un integrante más de la familia

Como veis esta experiencia ha sido variada, porque de eso se trata, se trata de ser parte del lugar, de vivir como “local”, de respetar las normas y costumbres pero a la vez intercambiar tradiciones y “formas de vivir” de abrir el corazón y la mente de dar y recibir… es maravilloso poder hacerlo, sentir que lejos de tu zona de confort, de lo conocido y por un corto tiempo te puedas sentir bien, puedas encontrar actividades, conflictos que resolver, temas, costumbres y personas que en resumen te hacen sentir bien… que te hacen sentir como en casa e incluso que te hagan emocionar.

Nuestra experiencia haciendo trabajo a cambio de hospedaje llego irremediablemente a su fin, y nos despedimos de Michiel y Bettina con abrazos y lágrimas. Hemos formado una pequeña familia sudafricana en estos 15 días… Dejamos un lugar con la promesa de volver, no dentro de mucho, no como voluntarios, sino como amigos o incluso familia!