De Kuala Lumpur a Langkawi – 1era Parte

Resumen de viaje:  4 días en la  Isla de Pangkor, un salto de 3 días a la montaña en  Cameron Highlands,   2 días de paso por Georgetown antes del descanso Langkawi.

La idea de ir a descansar y conocer una isla en Malasia viene con nosotros desde que lo elegimos como destino. La nube de humo nos empujó prematuramente a hacerlo, posponiendo la capital hasta el final de esta parada en el sudeste asiático.

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Casi todos los blogs coinciden que las mejores islas con paradisiacas playas están al Este de Malasia, pero al ser Noviembre no nos lo recomiendan, ya que es época monzones, es decir la estación de las lluvias por lo que muchos hoteles están cerrados y los servicios turísticos al mínimo. Además, si buscamos playa es mejor sin tanta lluvia.

Decidimos hacer las islas de la costa Oeste: Pangkor, Penang y Langkawi, pasando por Cameron Highlands para combinar visitas a la playa con visitas a la montaña.

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Lo primero, playita y castillos de arena para Pedro. El plan es salir de Kuala Lumpur en bus desde la estación Pudu Sentral hacia Lumut, donde tomaremos el ferry que nos llevará hasta Pangkor, en total unas 4 horas.

La estación de Pudu Sentral se convierte en un remate de viajes, no hay pantallas de horarios, ni folletos. Sólo muchos puestos y gente con la cabeza fuera a la caza,  gritando los próximos destinos y horarios con ánimos de ayuda pero en total caos para los que estamos habituados al orden y la información.. así que lo que queda es preguntar y confiar!

Llegamos justo para uno de los buses que salía en dirección Lumut, relativamente nuevo, sólo 3 filas de asientos muy cómodos, sin saber que haríamos una parada obligada en Ipoh, gran centro neurálgico de autobuses donde, como “chanchos pal matadero” al grito de “Lumut”, nos cambian de autobús a otro que estaba casi destartalado! Lo bueno dura poco.

Con las prisas no pudimos guardar el “mate” lo que nos generó un momento de tensión con el nuevo conductor, que seguramente se sentiría más a gusto en un loquero… Todavía no sabemos porqué reaccionó negativamente al recipiente con “hierbas desconocidas”, suponemos que los demás pasajeros, con quien también se lió a discutir al tratar de calmar la situación, tampoco! En fin subimos y allá fuimos, a los bocinazos, parando a echar gasolina (situación bastante normal por aquí), a buscar algo en un garage,  a comprar cigarrillos, a beber un té… como si de un viaje familiar se tratara para nuestro especial conductor!

Poco a poco nos damos cuenta de que comenzamos a aceptar situaciones que en España, o Europa… o hasta en Argentina, serían inaceptables… penadas por la ley… pero aquí son moneda de cambio. Poco a poco vamos perdiendo las mañas.

Anécdotas aparte, el viaje de Kuala Lumpur a Ipoh dura 2 ½ hs. De Ipoh a Lumut otras 2 horas. Saliendo de lo que se puede llamar estación de autobuses de Lumut, caminamos en linea recta hacia la costa, unos 10 minutos, hasta la puerto. El ferry de Lumut a Pangkor tarda unos 20 minutos, si no cabes en el primero… será en el segundo y así sucesivamente. Los “horarios” de los ferries se respetan en tanto y en cuanto haya lugar suficiente.

Pangkor es una isla muy pequeñita, fácil de recorrer en moto o coche. La parte más turística de la isla está al oeste, en Teluk Nipah, donde las playas son típicas del Sudeste Asiático. Muy verdes, con palmeras y arboles, playas angostas, agua clara y cálida, arena fina y algún que otro monito en busca de comida.

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Nuestro hospedaje estaba en Pinang Kecil, la primer parada del ferry, al este de la isla. Lo curioso fue la situación y las caras de todos… mientras intentábamos bajarnos del barco. Personal de abordo, carteles y pasaje incluido nos decían que «estábamos equivocados»,  debíamos bajar en la próxima, donde bajan todos los de nuestro aspecto. Pero nosotros estábamos seguros de que Mr. Tan, el anfitrión del Hostel, nos había indicado correctamente , así que con sonrisas esquivamos las negativas y las señas de que volviéramos al barco.

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Pinang Kecil

Ya estábamos advertidos que no era la parte turística de la isla, sino que es una villa de pescadores. No hay playas. No hay hoteles. Somos los únicos turistas… con mochila, cochecito, zapatillas de montaña… y Pedro a los gritos de upa!!!

La villa no está preparada para el turismo convencional. Es hermosa si se la mira con ojos de viajero. No buscamos grandes Resorts, ni restaurantes con comida Occidental. Por el contrario, queremos ver y vivir la villa como uno más. Aunque sabemos que esto no es del todo posible por ser los foráneos. Ni hablar con un niño!


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Una vez instalados en el hostal, a pasos del puerto nos fuimos de reconocimiento, caminamos por sus calles. Intentamos hablar con ellos y ellos con nosotros. Pedro atrae, le regalan dulces… ve juguetes en los patios y se lanza al ataque. Salen los niños, juegan!

Y así nos llenamos del lugar como tal. No queremos cambiar nada, todo es perfecto así. Un poco roto, un poco sucio, sin aceras por donde caminar, ni hablar de llevar el cochecito… Así lo disfrutamos.

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Nuestro “restaurante” (puestito con cocina en la calle y mesas y sillas de plástico) favorito es el del chef Makbul, quien unos años atrás había trabajado para el Primer Ministro, en un lujoso Resort de Langkawi. Nos preguntamos porqué habría cambiado aquel trabajo la villa… Su respuesta nos choca con una realidad dura y triste. Luego de la muerte de su pequeño hijo había decidido volver al pueblo de la familia e instalarse allí. Además, allí vivía su madre, de quien debía hacerse cargo. «La familia es lo más importante en esta vida», nos dice con una enorme y blanca sonrisa. Nosotros le devolvemos la sonrisa, como muestra de empatía, aunque en el fondo tengamos ganas de abrazarlo y llorar.

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Makbul nos cocina un “Nasi Goreng” (arroz frito con verduras y pollo) excelente, y uno de los días noswpid-20151024_200953.jpg  cocina los pescados que nos había regalado una familia vecina el día anterior, con quienes compartimos unas horas de charla y la motito de su hija pequeña

 

Mr. Tan, nuestro siempre bien predispuesto anfitrión nos ofrece un coche pequeñito para pasear por la isla por unos 60 ringgits (12€) por día lo que  aceptamos ya que de otra manera hubiéramos tenido que alquilar taxi, o quedarnos en la villa.

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El único requisito para alquilar el coche fueron dos preguntas: si teníamos licencia y sabíamos conducir… nada de contratos, ni  política de seguro, o  de tanque lleno, etc, etc. Es como estar en familia y confiar. Además muy lejos no podríamos llegar.

 

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Recorremos la isla al completo, por sus pequeñas rutas en medio de una abundante vegetación y nos quedamos con la playa de Teluk Nipah ( Coral beach).

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Alli encontramos unos barcitos al pie de la playa, unas hamacas colgadas de los árboles, y una calle llena de puestitos de comida. El único punto en contra de todo esto es la bruma que aun no nos deja disfrutar al máximo de los colores, ni del cielo.  Si bien no es tanta como en Kuala Lumpur, aun está.

 

 

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Pasamos  cuatro  inolvidables días en Pangkor, nada extremadamente especial tiene la isla, pero fue la forma en la que la vivimos… Por la mañana bien temprano uno de los primeros ferries nos devuelve a tierra firme  para seguir nuestra ruta hacia las montañas de Cameron Highlands.

Cameron Highlands

De Lumut a Cameron Highlands tenemos unas 4 horas de autobús por unos 10 ringgits ( 2 €) por persona, que pudimos pagar a duras penas con las monedas que nos quedaban (en la villa no había casa de cambio) … con una parada de 20 minutos en Ipoh, y varias curvas que pueden marear a cualquiera…

La ciudad elegida como base es Tanah Rata,  un lugar preparado para el turismo, con mucha oferta hotelera y hostelera y restaurantes para todos los gustos.

wpid-20151026_164455.jpgLa zona ofrece  varios tours de turismo aventura, de montaña y agricola ( flores, frutas, té). Existen varios  niveles de dificultad de caminos para hacer trekking por la frondosa selva. Nosotros elegimos uno  sencillo y de 2 ½ km hasta la Robinson Waterfall  desde donde se pueden hacer de varios kilómetros más, subiendo montañas y entre uno de los bosques más antiguos del mundo. Nuestro ritmo y Pedro hicieron que desistamos de la idea de explorar otros caminos, y busquemos el trekking más corto hacia un restaurante donde cenar.

A la mañana siguiente, esquivando la innumerable oferta de tours por la zona,  salimos a nuestro aire en taxi, unos 6 km  (30 Ringgit/6€) hacia una de las tantas plantaciones de té que es lo que hace famoso al lugar. El elegido fue la empresa pionera de la zona. Una de las plantaciones de la «Cameron Valley Tea House»,  ya que es una de las más cercanas y  con una de las vistas más hermosas que se puede tener.

Al llegar nos encontramos con un manto irregular de arbustos de té. El paisaje es hermoso y diferente que habíamos visto hasta el momento.

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Comenzamos a bajar la montaña por el camino bien pavimentado jugando al «te que pillo»…hasta que Pedro ve un caminito alternativo y decide meterse. Resultó ser uno de los laberinticos pasadizos entre los arbustos, por los cuales podemos correr, jugar al escondite, y perdernos de papá.

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Así bajamos hasta una cascada, donde descansamos de los juegos y luego de una pequeña merienda reparadora, emprendemos la subida con la firme decisión de probar la producción y disfrutar de las vistas desde lo alto.

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la vista desde la Casa de Té

Un momento en el que el paisaje nos transmitió una  especial energía… no se puede dejar de mirar como el sol y las sombras de las nubes juegan con el manto verde de esas colinas que parecen la piel de un lagarto.

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Compartimos el taxi con una pareja de Austríacos que nos cuentan que había realizado un tour por el Mossy Forest (una selva más antigua que el Amazonas), los campos de fresas (frutillas), y otras plantaciones de té más alejadas del centro de Tanah Rata.

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Para nosotros ya ha sido más que suficiente con lo visto y vivido, por lo que dedicamos la tarde a hacer laundry ( lavandería) y otros menesteres, a la tardecita comienza como es habitual a llover con entusiasmo, asi que momento perfecto para planificar los siguientes días  del viaje en nuestro sencillo pero bien ubicado Travellers Inn mientras Pedro juega con sus juguetes!

3 comentarios en “De Kuala Lumpur a Langkawi – 1era Parte

  1. Más variedad no se puede pedir!! Estáis viendo de todo y pueblecitos que ni imaginaba q existían…….que grande es el mundo!
    A veces me asustáis por esos sitios a los que llegáis …..pero conforme lo vais contando y con vuestra manera de ser, os ganáis a la gente sea de donde sea.
    Cuidaros mucho !
    Besos para los 3!…..nos vemos en el próximo capítulo 😉

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  2. Pingback: Seis meses alrededor del mundo… | bagsnbibs

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